1.El ave que cambio la cetrería.
A finales del pasado siglo llegaron los primeros Harris a España. Hasta entonces el bajo vuelo era cosa de "accipíteres", sobre todo de los azores. Este maravilloso ave, veloz como un rayo, de mirada nerviosa y bella librea había sido hasta la fecha la indiscutible y casi única opción para la caza de bajo vuelo, es decir, portando el pájaro en el puño.
Estos maravillosos pero nerviosos y ariscos pájaros, desde tiempos pretéritos, habían sido adiestrados por sabias y expertas manos para la caza de pelo y de pluma. Pero era una ardua labor reservada, como he dicho, a cetreros experimentados que sabían y saben lidiar con un ave de gran temperamento, tremendamente irascible y que no perdona fallos en el largo proceso que va desde el "desnide" (cuando estaba permitido) hasta su primer vuelo en libertad o su primera jornada de caza.
Los azores y quizás incluso menos los gavilanes (por su menor tamaño) no son aves de fácil manejo para principiantes, pudiendo, en el mejor de los casos, ser su adiestramiento una experiencia enormemente frustrante y llena de penalidades. Al menos si no se cuenta con el consejo y el sabio apoyo de un cetrero con "muchas horas de vuelo".
Y como decía al principio, tras siglos de arte cetrero, llegan a nuestras tierras de la mano del famoso cetrero Manuel Diego Pareja Obregón de los Reyes , en el año 1989, las primeras aguilillas de harris.
El "harris" es un pájaro, que al contrario que la mayor parte de las rapaces, se caracteriza por una gran sociabilidad. Los ejemplares silvestres viven y cazan en grupos en los que cada uno de ellos realizan diferentes tareas. Esto es la ventaja capital que hace de este pájaro el ave perfecta para no iniciados y también, ¿porqué no? para expertos amantes de la cetrería. Es un ave sumamente dócil y como he dicho sociable, en algunos casos diría que amigable, aunque no debemos olvidar que es un animal salvaje que en cualquier momento nos puede herir. Pero en la mayoría de los casos nuestra relación con él será de extrema cordialidad. Surgirá una amistad entre ave y cetrero que difícilmente será posible con otro pájaro.
Con estas lineas no es mi deseo, ni tengo conocimientos para ello, el instruir o dar una opinión categórica sobre nada. Hay bibliografía extensa sobre el tema si quiere realmente profundizar en este apasionante mundo de la cetrería.
Seguiré con nuestro amigo el "harris" en próximas entradas.